En una visita cargada de sabor y tradición, la consejera de Economía, Hacienda y Empleo, Rocío Albert, se hizo presente en La Fornata, una pastelería familiar que desde su fundación en 2008 se ha dedicado a la bollería y pastelería tradicional, ubicada en el corazón de la capital. Esta empresa, que cuenta con un equipo de 12 personas, ha demostrado ser un ejemplo del rico tejido empresarial que conforma la esencia de los barrios madrileños.
Durante su recorrido por las instalaciones, Albert destacó la importancia de estos negocios en la comunidad, afirmando que son «seña de identidad de nuestros barrios» y que ofrecen «deliciosas elaboraciones» que se disfrutan especialmente en festividades tan significativas como Semana Santa. La consejera remarcó el valor de productos icónicos como las torrijas, que en esta temporada alcanzan su máximo apogeo.
En un esfuerzo por consolidar y destacar la tradición y calidad en el sector, el Gobierno autonómico ha lanzado el Sello de Pastelería Artesana, en colaboración con ASEMPAS, la asociación más representativa de la industria. Este distintivo busca garantizar la autenticidad de las elaboraciones y reconoce a los establecimientos que mantienen los métodos tradicionales en la confección de sus productos.
Durante el periodo de Cuaresma, se esperan cifras impresionantes en el consumo de dulces tradicionales en la región. Acorde a las previsiones de ASEMPAS, los madrileños degustarán más de siete millones de torrijas, así como hasta un millón de figuritas, monas, huevos de Pascua y otros dulces típicos como los pestiños y bartolillos, los cuales son el resultado del esfuerzo y dedicación de cerca de 600 pastelerías repartidas a lo largo de la Comunidad de Madrid.
El comercio minorista relacionado con panadería, confitería y pastelería juega un papel crucial en la economía regional, empleando a 9.342 personas distribuidas en 3.140 locales. Este sector no solo abastece de productos deliciosos a la población, sino que también sostiene a numerosas familias y contribuye al dinamismo económico local.
Con iniciativas como el Sello de Pastelería Artesana y el apoyo continuo a los negocios familiares, la Comunidad de Madrid busca ensalzar la calidad y autenticidad de sus productos tradicionales, asegurando que el legado y amor por la repostería artesanal perduren en el tiempo. Esta Semana Santa, los dulces no solo endulzarán los paladares, sino que también reafirmarán el sentido de comunidad y tradición que estos pequeños negocios traen consigo.