En el corazón de Puente de Vallecas, las obras de la Residencia Madrid Sur avanzan con el propósito de transformar la noción de cuidado en el ámbito social. Ana Dávila, consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, visitó hoy el lugar para supervisar los avances en la construcción de un renovado centro que promete no solo un hogar para sus residentes, sino un espacio que redefine el cuidado integral.
Durante la visita, Dávila explicó que el objetivo principal de este proyecto es «crear espacios confortables para que nuestros residentes se encuentren como en casa». Parte de este esfuerzo incluye una inversión adicional de 2,5 millones de euros destinada a la decoración y renovación del mobiliario no solo en Madrid Sur, sino también en las residencias de Usera y Peñuelas. Esta iniciativa busca garantizar que los espacios sean acogedores y funcionales, con la calidad que merecen sus usuarios.
La Residencia Madrid Sur es solo una pieza de un conjunto de 81 recursos reformados con fondos europeos en diferentes instalaciones de la Agencia Madrileña de Atención Social. Destacan las obras en la Residencia Navalcarnero y, dentro de la capital, en las de Manoteras, Doctor González Bueno, Isabel de Castilla para jóvenes ex tutelados con discapacidad y Fray Bernardino. Esta última, en particular, se convertirá en el primer complejo residencial público para personas con discapacidad intelectual en fase de envejecimiento prematuro, marcando un hito en la atención inclusiva.
Adicionalmente, se están realizando reformas en las residencias de mayores de gestión indirecta, ubicadas en diversos puntos como Usera, Peñuelas, Parque de los Frailes, Parque Coímbra y Plata y Castañar. Estas mejoras forman parte de un esfuerzo integral por elevar el estándar de los servicios brindados a los adultos mayores y personas con discapacidades en la comunidad.
En noviembre de 2024, la Consejería aprobó una nueva orden de acreditación que establece estándares más rigurosos para los centros y servicios de atención social que deseen integrarse a la red pública. Los centros actualmente acreditados tendrán un plazo de dos años para ajustarse a estos nuevos criterios, que incluyen límites en la capacidad máxima de plazas y requerimientos específicos para las habitaciones. Al menos la mitad de las habitaciones deberán ser individuales, promoviendo así la privacidad y el confort de los residentes.
La nueva normativa también propone una atención más personalizada, donde cada usuario contará con un profesional de referencia de atención directa, asegurando así que las necesidades individuales sean atendidas de manera específica y con la máxima calidad.
Con estos cambios, la Comunidad de Madrid reafirma su compromiso de proporcionar una atención social de excelencia, adaptándose a las necesidades de sus ciudadanos más vulnerables y ofreciendo soluciones innovadoras que aseguran un futuro digno y confortable para todos los residentes.
