La comisión de Competencia ha identificado que la fusión proyectada entre dos entidades financieras podría llevar al deterioro de las condiciones comerciales para los clientes individuales. Uno de los principales riesgos señalados es el posible empeoramiento de los servicios y productos ofrecidos, lo que impactaría especialmente en los consumidores que dependen de condiciones favorables para administrar sus finanzas personales. Además, la consolidación podría limitar la diversidad de opciones en el mercado, aumentando el poder de negociación de la entidad fusionada frente a los clientes.
Adicionalmente, se ha advertido sobre el peligro de exclusión financiera, particularmente en las áreas rurales, donde el cierre de sucursales podría dejar a muchos residentes sin acceso fácil a servicios bancarios esenciales. Este fenómeno generaría una barrera significativa para aquellas comunidades que ya enfrentan desafíos en términos de conectividad e infraestructura. La comisión subraya la necesidad de evaluar cuidadosamente estas implicaciones antes de aprobar una fusión que podría alterar el equilibrio del mercado financiero y afectar negativamente a sectores vulnerables de la población.
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