El descanso adecuado se perfila como un componente esencial para el bienestar físico y mental. El Dr. Carlos Egea, a cargo de la Unidad del Sueño del Hospital Quirónsalud Vitoria, enfatiza la importancia de mantener hábitos de sueño regulares, sugiriendo que debemos acostarnos a la misma hora cada día y asegurar un descanso que oscile entre las siete y nueve horas por noche. La falta de sueño no solo deteriora la concentración y la memoria, sino que también incrementa el riesgo de problemas serios de salud.
Uno de los trastornos del sueño que más preocupa a Egea es la apnea del sueño, una condición que interrumpe la respiración durante el descanso nocturno. Este problema afecta a un número significativo de personas y está vinculado con enfermedades graves como la hipertensión, infartos y accidentes cerebrovasculares. En la región de Euskadi, se calcula que el 46% de la población tiene algún trastorno del sueño, siendo la apnea obstructiva la más común. A menudo, los síntomas pasan desapercibidos, aunque pueden incluir somnolencia, dificultades de concentración y ronquidos molestos. El insomnio predomina entre las mujeres, mientras que en los hombres la apnea obstructiva es más habitual, diferenciándose por rasgos estructurales.
Egea advierte que la duración del sueño impacta directamente en la longevidad. En tiempos donde el estrés y la exposición a pantallas digitales son constantes, muchas personas reducen sus horas de sueño, comprometiendo su salud a largo plazo. Dormir fuera del rango recomendado de siete a nueve horas aumenta el riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares.
Para abordar el diagnóstico de trastornos del sueño, Egea propone la polisomnografía domiciliaria. Este método permite monitorizar el sueño en el entorno habitual del paciente, logrando diagnósticos más precisos y asegurando el confort durante el proceso. Según el especialista, “el diagnóstico no tiene por qué ser incómodo”, señalando que este enfoque puede facilitar decisiones clínicas con mayor seguridad.
En cuanto a los tratamientos, la CPAP sigue siendo el método más común para la apnea del sueño. Sin embargo, no todos los pacientes se adaptan a esta intervención, lo que lleva a explorar opciones alternativas como dispositivos intraorales o cirugía. Egea afirma que personalizar el tratamiento es esencial, dado que cada paciente tiene necesidades particulares y responderá de manera única a las diferentes opciones terapéuticas.
La llamada a la acción es clara: priorizar el sueño como parte integral de un estilo de vida saludable. En una sociedad que valora la productividad, establecer una rutina de descanso es crucial para prevenir futuras complicaciones de salud y mejorar la calidad de vida.