En un giro inesperado que redefine el lujo culinario, el chef del restaurante más exclusivo y caro ha decidido apostar por un menú que evoca la cocina casera y reconfortante, alejándose de las técnicas vanguardistas y presentaciones sofisticadas. Este enfoque busca conectar emocionalmente con los comensales, ofreciendo platos que apelan a la nostalgia y a los sentidos de hogar y familiaridad. La propuesta ha sorprendido tanto a los críticos como a los clientes habituales del establecimiento, quienes ahora se enfrentan a una experiencia gastronómica que prioriza el gusto y el calor humano sobre las apariencias estéticas y la innovación extrema.
Sin embargo, la naturaleza sustanciosa y rica de estos platos ha llevado al chef a lanzar una advertencia a los comensales: es preferible evitar este menú si se tienen intenciones de practicar alguna actividad física intensa o «ejercicio amatorio» posteriormente. Este comentario, medio en broma, medio en serio, destaca el enfoque en los sabores y la abundancia característica de una comida casera, que desafía las expectativas tradicionales de la alta cocina. Mientras tanto, los amantes de la buena mesa esperan con anticipación la próxima evolución de este concepto y cómo logrará integrarse en el mundo de la gastronomía de lujo.
Leer noticia completa en El Mundo.