En un nuevo giro en la iconografía política de la Casa Blanca, un cuadro que retrata el momento en el que Donald Trump sobrevivió a un intento de asesinato ha sido instalado en la residencia presidencial. Este nuevo cuadro ocupa el lugar que anteriormente tenía el retrato del expresidente Barack Obama, reflejando un cambio simbólico en el ambiente político. La pintura, que muestra a Trump con el puño en alto y la cara ensangrentada, acompañado por agentes del Servicio Secreto y con la bandera estadounidense de fondo, rememora el incidente ocurrido el 13 de julio de 2024 en un mitin en Butler, Pensilvania. Este acontecimiento, en el que un joven de 20 años llamado Thomas Matthew Crooks abrió fuego contra Trump, marcó un punto de inflexión en su campaña electoral, consolidando su imagen como una figura de resistencia.
La Casa Blanca ha compartido un video de tres segundos en la red social X para mostrar esta nueva obra que ya adorna el vestíbulo principal, en una ubicación prominente que genera controversia y simbolismo. Aunque el paradero del retrato de Obama aún es desconocido, el desplazamiento de su imagen parece alinearse con la percepción que Trump tiene del legado de su antecesor demócrata. Además, no es la primera vez que Trump utiliza imágenes potentes para reforzar su narrativa política, como evidencia la foto de su ficha policial de 2023 en una prisión de Atlanta, también expuesta en la Casa Blanca. Esta estrategia visual dentro de la residencia presidencial destaca la capacidad de las imágenes para influir en la percepción pública y perpetuar la narrativa de heroísmo y lucha personal del actual presidente.
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