Este miércoles, Canadá ha comenzado a implementar aranceles del 25% a ciertos automóviles fabricados en Estados Unidos, en una medida de represalia por los gravámenes similares impuestos por la administración de Donald Trump a los vehículos producidos en Canadá que no cumplen con el acuerdo de libre comercio T-MEC. Este tratado, firmado por Trump durante su primer mandato, exige que al menos un 75% de los componentes de un automóvil sean producidos en Norteamérica para calificar bajo el libre comercio entre EE UU, Canadá y México. Hasta ahora, Canadá mantenía un arancel del 6,1% para aquellos vehículos que no alcanzaban este umbral. Como el mayor mercado de exportación para vehículos estadounidenses con importaciones valoradas en 35.600 millones de dólares canadienses en 2024, esta decisión marca un nuevo capítulo en las tensiones comerciales entre ambos países.
El Ministro de Finanzas de Canadá, François-Philippe Champagne, ha declarado su firme oposición a lo que describe como aranceles «injustificados y no razonables» por parte de Estados Unidos, reiterando el compromiso de su gobierno en proteger la industria y economía canadienses. Este movimiento es parte de una serie de represalias dentro de la prolongada guerra comercial iniciada por Trump, cuyo punto álgido reciente fue la imposición de nuevos aranceles globales que impactan también a la Unión Europea y China. Las tensiones comerciales han incrementado desde la llegada de Trump al poder, mientras ambos países buscan defender sus industrias automotrices bajo las reglas del libre comercio norteamericano.
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