La Casa Blanca criticó el viernes al expresidente y candidato republicano, Donald Trump, después de que este sugiriera que los votantes judíos serían en parte responsables si pierde las elecciones del 5 de noviembre. Andrew Bates, portavoz del Ejecutivo, calificó de abominables estas declaraciones y subrayó que todos los líderes tienen la obligación de combatir el antisemitismo en un momento en el que ha habido un incremento trágico de este odio a nivel mundial. Bates señaló que enfrentar a las comunidades por temor y egoísmo es contrario a los valores que merece el pueblo estadounidense, añadiendo que el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris trabajan activamente para asegurar que el odio no tenga refugio con la implementación de la primera estrategia nacional para combatir el antisemitismo.
El posicionamiento de la Casa Blanca responde a los comentarios de Trump durante una asamblea del Consejo Americano Israelí en Washington, donde afirmó que Israel «desaparecerá» si Harris se convierte en presidenta y criticó el escaso apoyo que recibe de los votantes judíos. Trump, que señaló que solo cuenta con el respaldo del 40% de esta comunidad, indicó que los judíos que voten por Harris deberían «examinarse la cabeza». Esta retórica coincide con acusaciones previas de Trump a Harris, a quien ha tildado de «odiar» a Israel. Sin embargo, Harris ha reiterado su compromiso con el derecho de Israel a defenderse y apoya una solución de dos Estados. Según una reciente encuesta del Instituto Electoral Judío, el 72% de los judíos estadounidenses apoyan a Harris, mientras que solo el 25% respalda a Trump.
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