Una inusual actividad se apoderó de las calles de Madrid, evocando escenas propias de los años 70 cuando el autostop era una práctica común. Verónica, una experimentada taxista de la capital, relata sorprendida cómo las aceras se llenaron de personas levantando el pulgar en busca de un aventón. “Parecía que había regresado el autostop de los años 70”, comenta, destacando que nunca había presenciado algo similar en sus años al volante. Este fenómeno, que atrajo la atención de residentes y visitantes, surge en medio de una creciente preocupación por las opciones de movilidad sostenible y la congestión del tráfico urbano.
Durante horas pico, la demanda de taxis y transporte público excedió la oferta, impulsando a muchos a recurrir al antiguo método del autostop. Verónica explica que, a pesar del caos inicial, el ambiente fue mayormente positivo, con conductores dispuestos a colaborar. Algunos analistas sugieren que esta práctica podría señalar una tendencia hacia formas más comunitarias de transporte, especialmente en respuesta a las recientes medidas ecológicas implementadas en la ciudad. Mientras tanto, las autoridades monitorean de cerca la situación para garantizar la seguridad de todos los involucrados.
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