La eurozona se mantiene firme en su objetivo inflacionario del 2% fijado por el Banco Central Europeo (BCE), según el último informe de Eurostat. Este índice de inflación, registrado en julio, se iguala al de junio y se presenta más moderado que el 2,6% de hace un año, reflejando un avance en la estabilidad económica. La moderación de precios se atribuye principalmente al abaratamiento de la energía y a la estabilidad creciente en el sector servicios, que son elementos clave en este rango estable. Sin embargo, España destaca con una inflación del 2,7%, superior a la media de la eurozona y de la Unión Europea, aunque ligeramente inferior al 2,9% registrado el año pasado. Siempre dentro del contexto europeo, países como Francia mantienen índices notablemente más bajos, mientras que Rumanía y Estonia registran las tasas más altas.
El Banco Central Europeo, en su reciente reunión de julio, decidió mantener los tipos de interés tras una serie de siete recortes consecutivos, alineándose con su política de mantener la inflación alrededor del 2%. Este porcentaje busca promover el crecimiento económico sin afectar negativamente el consumo, una estrategia rediseñada en respuesta a los desafíos económicos surgidos desde la invasión rusa a Ucrania y la pandemia. Las medidas adoptadas por el BCE, como la subida significativa de tipos de interés hasta el 4% en 2023 para controlar una economía sobrecalentada, parecen ahora dar frutos al sostener una inflación controlada. Este enfoque no ha sido replicado aún por la Reserva Federal de Estados Unidos, lo que coloca a Europa en una posición distinta en el manejo de sus políticas económicas.
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