David Carrero (Stackscale): «Como europeos debemos proteger y usar las alternativas que tenemos en nuestro territorio»
La infraestructura cloud es el campo de batalla definitivo por la soberanía digital europea. Mientras Amazon Web Services, Microsoft Azure y Google Cloud controlan el 64% del gasto mundial en servicios de infraestructura cloud, los proveedores europeos han visto reducir su cuota de mercado a menos del 10%. Esta dependencia no es solo económica: determina quién controla los datos, dónde se procesan y bajo qué jurisdicción legal operan.
El cloud como columna vertebral de la soberanía digital
«La infraestructura cloud no es solo tecnología, es soberanía«, explica David Carrero Fernández-Baillo, cofundador de Stackscale (Grupo Aire), empresa española de infraestructura cloud que opera centros de datos en Madrid y Ámsterdam. «Cuando dependes de proveedores extranjeros para tu infraestructura crítica, estás cediendo el control sobre tus datos, tu privacidad y, en última instancia, tu autonomía digital«.
Las cifras respaldan esta preocupación. Más del 80% de la infraestructura cloud europea está controlada por empresas no europeas, principalmente estadounidenses. Esta dependencia se ha intensificado con el boom de la inteligencia artificial, que requiere enormes capacidades de procesamiento y almacenamiento.
El problema trasciende lo técnico. El US Cloud Act permite al gobierno estadounidense acceder a datos almacenados por empresas americanas, independientemente de la ubicación física de los servidores. «Esto significa que aunque tus datos estén en un centro de datos en Frankfurt, si usas AWS, Google, Oracle o Azure, siguen siendo accesibles para las autoridades estadounidenses«, advierte Carrero.
EuroStack: Rediseñando la infraestructura desde Europa
La iniciativa EuroStack, lanzada este año con un presupuesto de 300.000 millones de euros, sitúa la infraestructura cloud en el centro de la estrategia de soberanía digital europea. El plan contempla la creación de una red de centros de datos interconectados, servicios cloud federados y plataformas de IA desarrolladas íntegramente en territorio europeo.
«EuroStack es exactamente la dirección que Europa necesita tomar«, comenta Carrero. «No se trata de crear una copia europea de AWS, sino de diseñar una infraestructura que refleje los valores europeos: transparencia, sostenibilidad, privacidad y control democrático de los datos«.
El proyecto incluye la creación de «AI gigafactories» anunciadas por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, comparándolas con el legado del CERN. Estas instalaciones buscan proporcionar capacidades de computación de alta performance para entrenar modelos de IA con datos europeos, bajo regulación europea.
La realidad del mercado cloud europeo actual
Los números revelan la magnitud del desafío. Según datos de Canalys, el gasto en infraestructura cloud creció un 20% en 2024, pero el 64% se concentró en AWS, Microsoft Azure y Google Cloud. Los proveedores europeos, fragmentados en múltiples mercados nacionales, luchan por competir en escala.
«En Stackscale vemos diariamente las consecuencias de esta dependencia«, explica Carrero. «Empresas europeas que quieren repatriar sus datos, organizaciones que buscan alternativas a los hiperescalares americanos, administraciones públicas que necesitan cumplir con regulaciones europeas de forma nativa. La demanda existe, pero necesitamos más apoyo institucional y concienciación empresarial«.
El cofundador de Stackscale destaca una tendencia creciente: «Cada vez más clientes llegan a nosotros preocupados por el control de sus datos. No solo por cuestiones regulatorias, sino por autonomía estratégica. Quieren saber que sus operaciones críticas no dependen de decisiones geopolíticas tomadas en Washington o Beijing«.
El factor geopolítico: más allá de la tecnología
La infraestructura cloud se ha convertido en un instrumento geopolítico. China ha desarrollado su propio ecosistema digital hermético, mientras Estados Unidos utiliza sus gigantes tecnológicas como extensión de su poder blando. Europa, atrapada en el medio, busca una tercera vía.
«Como europeos, tenemos la responsabilidad de proteger y potenciar las alternativas que ya existen en nuestro territorio«, enfatiza Carrero. «No podemos seguir financiando nuestra propia dependencia. Cada euro que gastamos en proveedores no europeos es un euro que no se invierte en nuestro ecosistema tecnológico«.
El US Cloud Act no es el único riesgo. Las sanciones, restricciones comerciales y cambios regulatorios unilaterales pueden afectar el acceso a servicios críticos. «Hemos visto cómo las tensiones geopolíticas impactan en el acceso a tecnología. La infraestructura cloud no está exenta de estos riesgos«, advierte.
Casos de éxito y modelos a seguir
Algunos países europeos han tomado medidas concretas. Suiza ha invertido 231 millones de dólares en crear una «Nube Gubernamental Suiza» para gestionar datos de la administración federal, un paso significativo hacia la soberanía digital que debería generar ahorros económicos adicionales.
Francia ha desarrollado políticas de «cloud de confianza» que priorizan proveedores europeos para datos sensibles. Alemania explora alianzas público-privadas para desarrollar capacidades cloud soberanas. «Estos ejemplos demuestran que es posible. No necesitamos reinventar la rueda, sino escalar y coordinar las iniciativas existentes«, comenta Carrero.
En el sector privado, iniciativas como SECA (Sovereign European Cloud API) están creando estándares comunes para proveedores europeos. «La interoperabilidad es clave. Los clientes no quieren quedarse atrapados con un proveedor, sea europeo o americano. Necesitamos ofrecer libertad de elección dentro del ecosistema europeo«, explica.
La dimensión de sostenibilidad: ventaja competitiva europea
Europa puede diferenciarse también en sostenibilidad. Los centros de datos consumen el 2,7% de la electricidad de la UE, cifra que podría crecer un 28% para 2030. «La eficiencia energética no es solo una obligación regulatoria, es una ventaja competitiva«, señala Carrero.
«En Stackscale hemos apostado por soluciones de bare-metal y cloud privado que dan libertad a nuestros clientes, basado en soluciones de código abierto sin vendor lock-in. Esta es la diferenciación que Europa puede ofrecer frente a los hiperescalres«.
La integración con energías renovables y el diseño de centros de datos de alta eficiencia pueden convertirse en estándares globales exportables, siguiendo el modelo regulatorio europeo.
El llamado a la acción: proteger el ecosistema europeo
«La soberanía digital no se consigue solo con regulación, se consigue con uso«, argumenta Carrero. «Cada empresa, cada administración pública, cada startup que elige un proveedor cloud europeo está contribuyendo a construir nuestro ecosistema digital autónomo«.
El cofundador de Stackscale es claro en su mensaje: «Como europeos, debemos proteger y usar las alternativas que tenemos en nuestro territorio. No es proteccionismo, es inteligencia estratégica. Queremos competir en igualdad de condiciones, pero también queremos garantizar que Europa mantenga el control sobre su futuro digital«.
Los próximos cinco años: ventana crítica
Los expertos coinciden en que Europa tiene una ventana de oportunidad de cinco años para evitar una dependencia tecnológica irreversible. La implementación de EuroStack, la evolución de la regulación europea y las decisiones de compra de empresas y administraciones públicas determinarán el futuro.
«EuroStack puede ser el catalizador que necesitamos, pero requiere más que inversión pública. Necesita que empresas, ciudadanos y administraciones tomen decisiones conscientes sobre dónde almacenan sus datos y procesan su información«, concluye Carrero.
El veredicto: infraestructura como destino
La batalla por la soberanía digital europea se librará en los centros de datos, en las decisiones de compra cloud y en la capacidad de crear un ecosistema tecnológico verdaderamente europeo. No se trata de aislarse del mundo, sino de garantizar que Europa tenga alternativas reales y competitivas.
La infraestructura cloud europea no es solo una cuestión técnica o económica: es una cuestión de supervivencia digital. Como advierte David Carrero: «O construimos nuestro propio ecosistema ahora, o seremos eternamente dependientes de decisiones tomadas fuera de nuestras fronteras. La elección es nuestra, pero el tiempo se agota«.
Referencia: Revista Cloud: ¿Puede Europa liberarse del dominio digital de EEUU?