El magistrado Joaquín Aguirre ha finalizado la instrucción que investigaba a los expresidentes de Cataluña, Artur Mas y Carles Puigdemont, por presunto delito de alta traición. La investigación, que había suscitado un significativo interés público y político, se centraba en las acciones emprendidas por ambos líderes durante sus mandatos, especialmente en relación con el proceso independentista catalán. A lo largo de la instrucción, se examinaron diversas actuaciones que supuestamente podrían haber contravenido la legalidad vigente, poniendo en entredicho el compromiso de los exmandatarios con el orden constitucional del Estado español.
Esta decisión de cerrar la instrucción llega tras meses de análisis exhaustivo de documentación, testimonios y debates jurídicos. La figura de alta traición, rara vez contemplada en el actual marco legal español, plantea un complejo desafío jurídico y político, y su aplicación ha sido objeto de intenso escrutinio y controversia. Con la clausura de este caso, el foco mediático se desplazará ahora hacia otras instancias que puedan decidir si continuar o no con el proceso judicial. Mientras tanto, tanto Mas como Puigdemont seguirán bajo el reflector público, enfrentando las repercusiones políticas que este proceso ha generado en el ámbito regional y nacional.
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