En el corazón de Barcelona, la Sala Bagdad sigue siendo un epicentro del entretenimiento erótico dentro de la vibrante avenida del Paralelo, cumpliendo casi 50 años en su singular camino. A pesar de los avances tecnológicos que han facilitado el acceso al contenido pornográfico, este local ha mantenido su atractivo, ofreciendo a los asistentes una experiencia inmersiva y personal que se considera más una forma de arte que algo pornográfico corriente. Según Juani de Lucía, quien administra el Bagdad desde su apertura, el espectáculo en vivo ofrece una dimensión social y artística que el porno digital no puede igualar, promoviendo una experiencia compartida en lugar de solitaria.
La audiencia que acude al Bagdad es diversa, desde jóvenes curiosos, hasta parejas buscando una noche diferente. Mientras que en los inicios del local predominaban los hombres, hoy en día existe una proporción más equitativa de géneros entre los espectadores. A pesar de la disminución del público en comparación con épocas pasadas, el Bagdad sigue siendo un referente para aquellos interesados en la industria del entretenimiento para adultos. Lluís Ballester, sociólogo experto en pornografía, añade que la afluencia a estos espectáculos muestra un interés por conocer de cerca la industria y a sus protagonistas, en un entorno considerado seguro por expertos como Paula Álvarez, que lo compara con un club de striptease más que con un prostíbulo. A medida que la tecnología avanza, la Sala Bagdad sigue reinventándose para mantener su relevancia y encanto en la vida nocturna catalana.
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