En medio de la polémica por la adjudicación de un contrato de obras, el consejero Óscar Chivite ha defendido la transparencia del proceso, asegurando que «no se hizo a dedo». Esta afirmación se produce después de que se conociera que en la mesa de contratación, encargada de evaluar las propuestas, hubo tres votos particulares y un expediente de fiscalización que incluía reparos. Estos elementos han generado suspicacias y críticas sobre la posible falta de imparcialidad en la adjudicación, pese a lo cual Chivite sostiene que todo se desarrolló conforme a los procedimientos establecidos.
Por otro lado, el consejero ha reconocido que la obra implicará un sobrecoste, aunque no detalló la magnitud del mismo ni las causas exactas que lo han provocado. Esta admisión llega en un momento de especial sensibilidad respecto al gasto público y la gestión de fondos, generando preocupación en el entorno político y entre los ciudadanos. La necesidad de aclarar los aspectos financieros y contractuales del proyecto es ahora una prioridad, mientras que desde la administración se insiste en que se tomarán medidas para garantizar la transparencia y eficiencia en este y futuros procesos.
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