La reciente presentación de la nueva hoja de ruta de una influyente entidad secesionista en Cataluña ha revelado signos claros del declive del movimiento independentista en la región. El documento, que ha generado numerosas reacciones en el ámbito político y social, acusa directamente a los partidos Junts per Catalunya (Junts) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) de haber «engañado» a sus votantes. Según la entidad, ambas formaciones han fallado en su promesa de avanzar hacia la independencia, lo que ha generado desilusión y desconfianza entre quienes apoyan la causa soberanista. Este desencanto con la dirección de los líderes políticos ha sido señalado como un factor clave en la disminución del fervor independentista.
El análisis de la situación actual destaca que, a pesar de los anteriores éxitos electorales y movilizaciones masivas, el movimiento enfrenta ahora importantes divisiones internas y una pérdida de impulso. La hoja de ruta también pone en evidencia las dificultades para mantener la unidad en torno a un objetivo común, lo que ha debilitado la capacidad de presión frente al Gobierno central. Mientras estos partidos buscan redefinir sus estrategias para reconectar con sus bases, la entidad insta a una reflexión profunda sobre los errores cometidos y la necesidad de plantear metas realistas para avanzar en sus objetivos políticos. Este llamado a la autocrítica se presenta como esencial para recuperar la confianza y revitalizar el movimiento en el futuro cercano.
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