La OTAN ha expresado su preocupación por las actividades de Rusia, al señalar que Moscú podría estar utilizando sus cargueros sancionados para camuflar y operar drones de manera encubierta. Esta táctica, según fuentes de la alianza, estaría diseñada para eludir las restricciones internacionales y llevar a cabo operaciones de vigilancia o militarización en diversas regiones. La utilización de buques mercantes para actividades no declaradas podría representar una amenaza significativa para la seguridad marítima y estratégica en áreas sensibles, intensificando las tensiones ya existentes entre Rusia y Occidente.
Las autoridades de la OTAN han intensificado sus esfuerzos para monitorear los movimientos de estos cargueros, implementando tecnología avanzada de seguimiento y cooperando con aliados internacionales para mitigar cualquier riesgo potencial. Sin embargo, las sanciones impuestas no han disuadido completamente a Moscú, lo que refleja la creciente sofisticación y adaptabilidad de sus tácticas. Este desarrollo subraya la necesidad urgente de una respuesta coordinada a nivel global para confrontar y desbaratar estas operaciones, mientras se exploran vías diplomáticas para reducir las tensiones con el Kremlin.
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