El auge de la inteligencia artificial (IA) está ejerciendo una presión significativa sobre las infraestructuras eléctricas de Estados Unidos, según un reciente informe de Deloitte. La consultora advierte que la demanda energética de los centros de datos para IA podría multiplicarse por 30 antes de 2035, alcanzando un consumo de 123 GW desde los actuales 4 GW en 2024. Este crecimiento es impulsado por modelos de IA generativa y superordenadores especializados, lo que podría sobrecargar la capacidad de las redes eléctricas del país.
La IA, que actualmente representa el 12 % del consumo eléctrico de los centros de datos, podría aumentar su participación hasta el 70 % para 2035. Esto genera un nuevo panorama económico que requiere de la colaboración entre los sectores de energía, construcción, manufactura y tecnología para evitar cuellos de botella.
El informe se basa en encuestas a 120 ejecutivos de los sectores energético y de centros de datos realizadas en abril de 2025. Entre los hallazgos se destaca que el 72 % de los encuestados consideran «muy difícil» o «extremadamente difícil» cubrir el futuro crecimiento de carga con la red eléctrica actual.
Deloitte propone una hoja de ruta centrada en la innovación tecnológica y regulatoria, la integración de energías renovables, y la financiación y coordinación intersectorial. Aunque hay disposición para colaborar, solo el 15 % de los encuestados creen en la efectividad de las alianzas actuales entre compañías eléctricas y tecnológicas.
Además, se estima que la industria tecnológica invertirá más de un billón de dólares en superordenadores, chips y servidores para IA en los próximos cuatro años, mientras que las eléctricas planean esfuerzos similares en infraestructuras energéticas.
El informe también resalta desafíos adicionales como la competencia por la capacidad energética, las interrupciones en la cadena de suministro y las preocupaciones por la seguridad y los plazos de expansión. Pese a los retos, existe una oportunidad estratégica para que Estados Unidos convierta esta disrupción en una ventaja competitiva sostenible a largo plazo. La carrera por alimentar la inteligencia artificial ya está en marcha.
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