La Marcha de las Banderas en el Día de Jerusalén se ha visto marcada por el discurso ultranacionalista del ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir. Durante el evento, miles de personas cruzaron la puerta de Damasco hacia la Ciudad Vieja para conmemorar la ocupación de Jerusalén Este en 1967. Ben Gvir impulsó una retórica antiárabe, exigiendo la colonización de Gaza y criticando la entrada de ayuda humanitaria. Sus comentarios incendiarios, como su llamado a no suministrar combustible y su declaración de que «nuestros enemigos solo merecen una bala en la cabeza», enardecieron a los manifestantes, quienes se congregaron para dirigirse al Muro de las Lamentaciones.
El ambiente se tornó aún más tenso con la participación del grupo extremista Im Tirtzu, que abogó por una «limpieza étnica» en Gaza bajo lemas provocativos como “Ninguna victoria sin una Nakba”. Los manifestantes, siguiendo el tono de Ben Gvir, lanzaron proclamas racistas mientras pegaban mensajes en hebreo en las puertas de comercios palestinos cerrados. En medio de cánticos y pegatinas incendiarias, jóvenes israelíes radicales hostigaron a palestinos en el barrio musulmán, mientras que activistas de Omdim Beyahad intentaron protegerlos, resaltando la tensión persistente en la región.
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