La Administración Trump ha abierto Camp 57 en Luisiana, un nuevo centro diseñado para albergar a inmigrantes en proceso de deportación, especialmente aquellos acusados de delitos graves. Inaugurado por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, este centro busca ser un símbolo de control sobre la inmigración irregular y el crimen en Estados Unidos. La prisión está ubicada en la Penitenciaría Estatal de Luisiana, conocida como Angola, y se destaca por estar rodeada de pantanos y bosques. Según el gobernador Jeff Landry, Camp 57 albergará a más de 400 hombres, y ya ha recibido a 51 inmigrantes, con planes para más llegadas próximamente.
Las inauguraciones de penitenciarías como Camp 57 forman parte de un esfuerzo mayor del Gobierno para establecer más instalaciones en respuesta a la inmigración ilegal. La secretaria de Justicia, Pam Bondi, expresó que Luisiana se convertirá en referente para el país. Sin embargo, este enfoque ha suscitado críticas, como en el caso de Alligator Alcatraz en Florida, ordenada a cerrar por una jueza pero mantenida operativa tras un fallo a favor del Gobierno. A medida que se planean más aperturas en otros estados, la Penitenciaría Angola, con su historial de denuncias por condiciones extremas de trabajo y atención médica inadecuada, sigue generando controversia.
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