El enfrentamiento entre el Bayer Leverkusen y el Bayern de Múnich en la Bundesliga demostró que el enfoque de juego inspirado por Pep Guardiola sigue siendo relevante en el fútbol moderno. En el partido chocaron dos discípulos del técnico español: Vincent Kompany, dirigiendo al Bayern, y Xabi Alonso, al Leverkusen. Leverkusen, que buscaba recortar la distancia con el líder Bayern, presentó una actuación sólida y estratégica bajo la dirección de Alonso, quien optó por un juego sin un delantero centro tradicional. A lo largo del encuentro, el equipo de Xabi Alonso presionó eficazmente y mostró una movilidad destacada, desorganizando al Bayern y manteniéndolos en su propia mitad del campo.
Este enfoque dinámico generó múltiples ocasiones para el Leverkusen, que a pesar de no lograr concretar en gol, controló el ritmo del juego y superó al Bayern en cantidad de remates. La defensa del Bayern, liderada por Manuel Neuer y Kim Min-Jae, fue crucial para mantener el marcador 0-0. Kim, en particular, se destacó con trece despejes, contribuyendo a la resistencia del equipo Bávaro. El Leverkusen, que mantuvo el 56% de la posesión, dejó en claro que el ingenio táctico de Alonso fue clave para desafiar al Bayern, subrayando la efectividad del fútbol de alta presión y rápidas transiciones que recuerda el ideario de Guardiola. A pesar del empate, el encuentro dejó impresiones duraderas sobre el futuro de ambos equipos en la liga alemana.
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