Kilian Jornet, reinar indiscutible de las maratones de montaña, ha regresado a la ultradistancia con su participación en Chianti, en la Toscana italiana, después de más de dos años alejado de estas competiciones. Jornet alcanzó un segundo lugar, lo cual, aunque representa una derrota para muchos, significó un éxito personal ya que logró asegurarse un cupo para la prestigiosa Western States, una de las carreras más codiciadas de Estados Unidos. Este regreso no fue sencillo, ya que tuvo que enfrentarse a rivales de alto nivel como Jim Walmsley, quien se llevó la victoria en esta ocasión. El esfuerzo de Jornet es aún más destacable considerando que semanas antes de la carrera su participación fue incierta debido a la reciente llegada de su tercer hijo y a problemas físicos en la rodilla.
La carrera Chianti, relativamente joven en el circuito de ultramaratones, congregó a los tres últimos campeones del Ultra Trail del Mont Blanc (UTMB): Walmsley, Vincent Bouillard y Kilian Jornet, convirtiéndola en un evento de gran trascendencia. A pesar de las dificultades, Jornet logró mantenerse competitivo, destacándose en un grupo de elite que se separó rápidamente del resto. A lo largo de 122 kilómetros y un exigente desnivel de 5.500 metros, el catalán demostró su capacidad para lidiar con las circunstancias adversas, como la falta de descanso debido a la paternidad y su lesión. Ahora, con la vista puesta en la Western States, Jornet busca recuperar su lugar en el panteón de los ultramaratonistas, dejando claro que, aunque las nuevas responsabilidades familiares y los retos físicos son significativos, su pasión y determinación persisten imbatibles.
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