En una jornada electoral histórica para el Reino Unido, los laboristas liderados por Sir Keir Starmer consiguieron una contundente victoria, obteniendo 408 escaños y desbancando a los conservadores de Rishi Sunak, quien ha anunciado su dimisión. Tras 14 años de dominio conservador y una serie de gobiernos inestables, el cambio político era previsible. La elección de Starmer pone fin a casi dos décadas de derrotas laboristas, al tiempo que deja a los ‘tories’ en su peor posición en décadas. Además, el Partido Reform UK de Nigel Farage ha conseguido representación parlamentaria, mientras que el Partido Nacional Escocés ha sido uno de los grandes perdedores. Los desafíos económicos y sociales siguen siendo inmensos para el nuevo gobierno, que asume en un contexto de volatilidad electoral y descontento popular.
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