Katie Ledecky demostró una vez más su supremacía en la natación al ganar su séptima final consecutiva de 800 metros en los Campeonatos Mundiales celebrados en Singapur. A pesar de enfrentarse a una fuerte competencia por parte de la canadiense Summer McIntosh y la australiana Lani Pallister, Ledecky se mantuvo firme desde el inicio hasta el final, burlando los intentos de sus rivales por superarla. En una carrera donde cada instante estuvo cargado de emociones, Ledecky lideró desde el principio, marcando el ritmo y desafiando la fatiga, mientras sus contrincantes intentaban conservar fuerzas para asestar un golpe decisivo en los momentos finales.
El enfoque estratégico de cada nadadora determinó el desenlace de la competencia. Mientras McIntosh intentó un ataque tardío bajo la dirección de su entrenador, Ledecky se aferró con determinación al liderazgo, demostrando su tenacidad y habilidad para manejar la presión. Finalmente, tocó la placa en 8 minutos 5,82 segundos, ligeramente por encima de su récord previo, pero suficiente para dejar atrás a Pallister y a una McIntosh visiblemente frustrada. Tras la victoria, Ledecky expresó su satisfacción y reconoció el esfuerzo de sus competidoras, reflejando una madurez que trasciende el miedo a perder, consolidando su legado en el mundo de la natación.
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