La elaboración de una masa de pizza casera puede parecer un desafío, pero el control sobre los ingredientes y la personalización de su sabor y textura son valiosos incentivos. En el programa «Cocina Abierta», Karlos Arguiñano ha compartido instrucciones claras para desarrollar una técnica adecuada y obtener una masa esponjosa y de calidad. La receta que recomienda es sencilla y utiliza ingredientes básicos: 500 gramos de harina de fuerza, 295 mililitros de agua, 15 gramos de sal, 20 gramos de levadura fresca de panadería y 20 mililitros de aceite de oliva virgen extra. Arguiñano sugiere que si se busca una masa más crujiente, se puede prescindir de la levadura.
El proceso de preparación, que incluye la mezcla inicial, el amasado y una fermentación adecuada hasta que la masa duplique su tamaño, resulta fundamental para lograr la textura deseada. Entre los consejos clave, el cocinero destaca la importancia de no añadir excesiva agua y aceite durante el amasado y de dar descansos breves a la masa si se adhiere demasiado a los dedos. Asimismo, Arguiñano recomienda controlar la cantidad de harina adicional utilizada para mantener la elasticidad de la masa y aprovechar el calor ambiental, especialmente en invierno, para una fermentación más efectiva. Finalmente, una vez fermentada, la masa debe ser extendida y combinada con los ingredientes para el montaje de la pizza, adaptando el tiempo de horneado al grosor elegido.
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