En una noche cargada de expectativas y emociones en el teatro Kodak, Karla Sofía Gascón, la segunda actriz española en aspirar a un Oscar, se convirtió en la protagonista tanto por su presencia como por su silencio. Sin detenerse en la alfombra roja ni emitir declaraciones a la prensa, Gascón llamó la atención durante la gala debido a la polémica reciente que ha marcado su carrera. Este evento se enmarca luego de un revuelo causado por antiguos tuits ofensivos que una periodista de Ottawa rescató, afectando la promoción de su película, «Emilia Pérez», en la que Netflix había invertido significativamente. Las tensiones en el teatro eran palpables, especialmente en su interacción —o la falta de ella— con Jacques Audiard y Zoe Saldaña, sus colegas de reparto en «Emilia Pérez».
La velada, presentada por Conan O’Brien, estuvo marcada por una mezcla de homenajes y actuaciones que capturaron la atención del público, como un tributo cinematográfico a Los Ángeles y un extenso número de «Wicked». Mientras tanto, «Anora» se perfilaba como la favorita de la noche en un año donde la competencia era feroz y variada. Karla Sofía Gascón, sin embargo, permaneció en el foco mediático no solo por sus logros artísticos, sino por la controversia que la envuelve. La falta de interacciones con sus compañeros de elenco durante la gala de los premios César en París solo añadió más leña al fuego, manteniendo a la audiencia y a la industria divididas en opiniones sobre su papel y su presencia en eventos tan significativos del cine internacional.
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