El panorama económico mundial se encuentra en un estado de incertidumbre a medida que se aproxima el último trimestre del año, con una serie de factores críticos que podrían determinar el rumbo futuro. Entre las principales incógnitas se encuentran el crecimiento económico, la inflación, el empleo, los riesgos geopolíticos y la evolución del sector tecnológico y de los precios del petróleo. Sin embargo, la gran preocupación de los mercados se centra en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos el 5 de noviembre. Una encuesta de la gestora Janus Henderson ha revelado que el 78% de los participantes consideran que el resultado de las elecciones es el factor más relevante para el futuro inmediato, especialmente en términos de política monetaria y tipos de interés, dado que este decidirá las medidas fiscales y proteccionistas que definirán el ambiente económico.
Desde que Kamala Harris anunció su candidatura en sustitución del presidente Joe Biden, las encuestas han mostrado una tendencia ajustada, con Harris alcanzando un 47% de la intención de voto frente al 44% del expresidente Donald Trump. Las propuestas de ambos candidatos presentan marcadas diferencias en aspectos como la política fiscal, el proteccionismo económico y la inmigración. Trump propone un arancel universal del 10% sobre todos los bienes importados y medidas drásticas contra la inmigración. Harris, en cambio, planea una subida de impuestos sobre las grandes empresas y las ganancias del capital, además de implementar controles antimonopolio más estrictos y medidas para la vivienda asequible. Esta divergencia en políticas económicas y sociales promete influir significativamente en la inflación, el crecimiento económico y la dirección de los mercados financieros, mientras los inversores se preparan para un potencial aumento de la volatilidad y un cambio en la estrategia global post-elecciones.
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