Justin Trudeau, quien se convirtió en primer ministro de Canadá en octubre de 2015, ha anunciado su dimisión después de nueve años al frente del gobierno. Trudeau, heredero político de su padre, Pierre Elliot Trudeau, asumió el liderazgo del Partido Liberal en 2013 con la imagen de un «salvador angélico», prometiendo revitalizar un partido en declive. A lo largo de su carrera, Trudeau ha sido un firme defensor del progresismo, alcanzando notoriedad con la creación de un gabinete paritario en términos de género, una decisión que justificó con la célebre frase: «Porque es 2015». Sin embargo, su liderazgo se ha tambaleado recientemente, marcado por una grave crisis política interna y una popularidad en declive, lo que ha condenado su renuncia.
La decadencia del mandato de Trudeau se ha visto acelerada por tensiones dentro de su propio partido y una creciente insatisfacción pública. A pesar de haber ganado elecciones en 2019 y 2021, su imagen ha quedado empañada por la percepción de que no ha sabido adaptarse a las necesidades del electorado, afectado por la inflación y la crisis de vivienda. Las críticas sobre su gestión migratoria, que permitió un masivo flujo migratorio sin preparación adecuada, han contribuido a su impopularidad. La dimisión de la viceprimera ministra Chrystia Freeland el pasado diciembre ha precipitado los acontecimientos, recordando la salida abrupta del poder de su padre en 1984. La salida de Trudeau ha iniciado un proceso de sucesión que probablemente culminará en elecciones en octubre, cerrando así un capítulo que había comenzado con tantas esperanzas.
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