Partidos políticos como Podemos, ERC y BNG han expresado su descontento con el actual embargo, calificándolo de «insuficiente» y sugiriendo que funciona como un «auténtico coladero». Según estas fuerzas, las medidas adoptadas carecen de la contundencia necesaria para alcanzar los objetivos propuestos, permitiendo que sigan existiendo brechas que favorecen la evasión de sanciones. Esta crítica llega en un momento en el que la efectividad y ejecución de las sanciones están siendo ampliamente debatidas, generando un clima de tensión entre las diversas fuerzas políticas del país.
El descontento se centra, principalmente, en la implementación y monitorización del embargo, aspectos que consideran deficientes. Las declaraciones de los partidos reflejan una creciente preocupación por la falta de controles efectivos que aseguren la adecuada aplicación de estas restricciones. Además, plantean que la falta de un enfoque más riguroso podría debilitar la posición negociadora del país en el ámbito internacional, subrayando la necesidad de revisar y fortalecer el alcance del embargo para evitar que se convierta en un mecanismo ineficaz.
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