En medio de un incremento sostenido en las quejas sobre el servicio ferroviario de Rodalies en Cataluña, el partido político Junts per Catalunya, conocido como los ‘neoconvergentes’, ha responsabilizado al gobierno central del deterioro del servicio. Según la formación política, este caos es consecuencia de una «asfixia premeditada» orquestada por el Estado español para debilitar la infraestructura y el bienestar de la comunidad catalana. A lo largo de las últimas semanas, los usuarios han experimentado retrasos significativos y cancelaciones de trenes, lo que ha exacerbado el descontento de la población y ha renovado las críticas sobre la gestión ferroviaria.
Por su parte, el Ejecutivo central ha rechazado estas acusaciones, alegando que está realizando inversiones significativas para mejorar el servicio de Rodalies y, además, se comprometió a garantizar una mejora sustancial en los próximos años. Sin embargo, las tensiones entre el gobierno central y las autoridades catalanas continúan intensificándose, especialmente en temas relacionados con la autonomía y las infraestructuras. Este conflicto recurrente vuelve a avivar el debate sobre la descentralización del control ferroviario y si una gestión más local podría resolver el persistente problema de eficacia que afecta a miles de usuarios diariamente.
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