Julian Assange, fundador de WikiLeaks, rompió su silencio este martes durante una audiencia ante la Comisión de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) en Estrasburgo. Assange, quien fue liberado en junio tras un acuerdo con la justicia de Estados Unidos, donde pasó 12 años privado de libertad, declaró que su libertad no es el resultado del funcionamiento del sistema ni de las salvaguardias de la libertad de expresión. En cambio, señaló que se declaró culpable de «hacer periodismo» bajo la presión de las autoridades. Durante su intervención, enfatizó la necesidad de que las instituciones actúen para evitar que otros periodistas enfrenten el mismo destino.
El australiano, acompañado por su esposa Stella Assange, hizo un llamamiento a los parlamentarios para que se revisen las protecciones legales para los informadores, ya que considera que muchas normas existentes son solo «de papel». Además, Assange reveló que el acuerdo con el Departamento de Justicia de EE.UU. incluye la imposibilidad de impugnar por la vía judicial su acoso, el procedimiento de extradición y el acceso a los registros de su caso a través de la Ley de Libertad de Información (FOIA). Con traje y barba cuidada, Assange reconoció que sigue intentando readaptarse a la vida tras pasar más de una década en aislamiento, primero en la embajada de Ecuador en Londres y luego en una prisión británica de máxima seguridad.
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