En la novena jornada de LaLiga, los jugadores del Real Oviedo y del Espanyol hicieron valer su descontento al detenerse en el campo durante los primeros 15 segundos del partido en el Carlos Tartiere. La protesta, convocada por la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) en respuesta al traslado de un encuentro liguero entre Villarreal y Barcelona a Miami, tuvo como objetivo visibilizar la «falta de transparencia, diálogo y coherencia» en las decisiones de LaLiga. Este acto simbólico se replicará en todos los estadios de Primera División, salvo en La Cerámica y Montjuic, donde se celebran los partidos de los clubes solicitantes del proyecto.
El sindicato futbolístico, respaldado por los capitanes de todos los equipos, busca así reivindicar un trato más justo en la gestión de la competición, sobre todo con la inclusión de partidos en el extranjero. A pesar de que los clubes involucrados en la disputa no participaron en la acción, se subrayó que, aunque comparten preocupaciones similares respecto a la situación, el objetivo de la AFE era evitar que la protesta se interpretara como un ataque directo contra ellos. Este momento de unidad entre los futbolistas pone de relieve la creciente tensión en torno a la internacionalización del fútbol español.
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