Una jueza federal ha decretado un alto temporal en la construcción del polémico centro de detención de inmigrantes «Alligator Alcatraz», ubicado en los humedales de los Everglades, Florida. La decisión responde a una demanda presentada por grupos ambientalistas y la tribu indígena Miccosukee, quienes argumentan que el proyecto infringe normativas ambientales y amenaza áreas ecológicamente sensibles. Según la magistrada Kathleen Williams, se prohibirá cualquier avance en la infraestructura del centro durante los próximos 14 días mientras se considera la demanda. El centro, operativo desde hace un mes, se erige en un antiguo aeropuerto de los años sesenta, un lugar ya controvertido por conflictos previos con ambientalistas locales.
El centro ha sido objeto de críticas desde su abrupta construcción a finales de junio, recibiendo más atención tras la visita inaugural del expresidente Donald Trump. Desde entonces, ya se han deportado más de un centenar de migrantes, y las condiciones dentro del sitio han sido severamente cuestionadas, con denuncias de abusos y un entorno inadecuado. Inmigrantes reportan falta de servicios médicos adecuados, problemas de saneamiento, y dificultades para acceder a asistencia legal. Además, las carpas improvisadas y otros problemas han llevado a comparaciones con campos de internamiento, alimentando la controversia sobre su existencia en una región de vital importancia ambiental.
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