La tensa entrega del hijo menor de Juana Rivas a su padre se convirtió en un espectáculo mediático cuando un grupo de familiares y amigos de Rivas irrumpió en la escena entre lágrimas y preocupación. La cita, prevista para el martes en el Punto de Encuentro Familiar de Granada, se vio interrumpida por un caos de periodistas y simpatizantes que rodearon a la familia a plena calle, causando un atraso en el proceso. La jueza del caso aplazó la entrega hasta el viernes, buscando evitar la repetición del desorden y priorizando el bienestar del menor, quien manifestaba resistencia a abandonar a su madre.
En busca de una solución más tranquila, la jueza exigió un informe urgente al personal técnico del Punto de Encuentro, para definir las condiciones adecuadas para la entrega, resguardando el interés del niño. Mientras tanto, abogados de ambas partes y la Fiscalía se reunieron para discutir cómo facilitar el cumplimiento de la resolución del Tribunal de Apelaciones de Cagliari, que ordena el retorno del menor con su padre a Carloforte, Italia. El proceso, supervisado por psicólogos y trabajadores sociales, evidenció la resistencia del niño a dejar a su madre, lo que llevó a los especialistas a considerar que las condiciones no eran óptimas para completar el traslado en el primer intento.
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