Un juez federal ha acusado al Gobierno de Trump de ignorar «deliberadamente» un fallo judicial que prohibía la deportación de ciertos inmigrantes. La orden judicial, emitida semanas atrás, intentaba frenar las deportaciones de personas vulnerables mientras sus casos seguían pendientes en el sistema de inmigración. A pesar de la orden, se han reportado múltiples casos de individuos deportados en clara violación de la disposición judicial. Esta situación ha generado una ola de críticas por parte de diversos grupos de derechos humanos, que acusan a la administración de menospreciar el estado de derecho y poner en riesgo vidas humanas. Los abogados de los inmigrantes afectados ya han comenzado a movilizarse para buscar nuevas acciones legales que eviten futuras deportaciones y aseguren el cumplimiento de la orden judicial.
En respuesta a las acusaciones, la Casa Blanca ha anunciado que planea recurrir la decisión del juez, argumentando que las medidas adoptadas son necesarias por razones de seguridad nacional y que las interpretaciones del fallo son excesivamente restrictivas. La administración de Trump ha defendido con firmeza su enfoque en la política de inmigración, a pesar de los desafíos legales continuos. Esta controversia se suma a una serie de decisiones controvertidas y disputas legales que han caracterizado la política migratoria del gobierno en los últimos meses, aumentando la tensión tanto en el ámbito nacional como internacional. Mientras tanto, la incertidumbre persiste para muchos de los inmigrantes afectados, que permanecen en un limbo legal sin claridad sobre su futuro en el país.
Leer noticia completa en El Mundo.