Donald Trump se convertirá el próximo 20 de enero en el primer delincuente convicto en ocupar la Casa Blanca, tras ser declarado culpable de 34 delitos relacionados con el caso Stormy Daniels. A pesar de la gravedad de las acusaciones, que incluyen la falsificación de cheques, facturas y registros contables para ocultar un pago de 130.000 dólares a la actriz de cine para adultos Stormy Daniels, el juez Juan Merchan ha anunciado que no enviará al electo presidente a prisión. Merchan, quien había aplazado indefinidamente la sentencia, decidió el viernes pasado imponerla el 10 de enero, poco antes de la inauguración presidencial. No habrá, aparentemente, condiciones para la libertad de Trump, sugiriendo una exención incondicional de la condena, mientras sus abogados consideran apelar la decisión en un intento de retrasar su aplicación.
La defensa de Trump ha trabajado estratégicamente para aplazar este y otros procesos penales hasta después de las elecciones, logrando evitar el banquillo en otros tres casos. En Nueva York, donde se ha llevado a cabo este juicio, sus abogados intentaron anular la condena invocando una reciente sentencia del Tribunal Supremo que concede amplia inmunidad a los presidentes en el ejercicio de su cargo, pero el juez Merchan desestimó este argumento. También alegaron que, por analogía, debería aplicarse la práctica del Departamento de Justicia de no perseguir a presidentes en el cargo, a un presidente electo. Sin embargo, a pesar de las maniobras legales y del clima político tenso que rodea estos procedimientos, la sentencia se ejecutará antes de que Trump asuma nuevamente la presidencia.
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