El magistrado Carlos Valle Muñoz-Torrero ha decidido procesar al humorista y locutor de radio Héctor de Miguel, conocido por su alias Quequé, por un supuesto delito de odio tras realizar comentarios sarcásticos sobre “dinamitar el Valle de los Caídos” y sobre los curas pederastas. Esta acción judicial responde a una querella impulsada por el colectivo ultracatólico Abogados Cristianos, quienes se sintieron ofendidos por las declaraciones de De Miguel durante la emisión de su programa Hora Veintipico, transmitido por la Cadena SER. Con este movimiento, el juez ha dado luz verde para que avance la iniciativa legal contra el cómico, lo que ha generado un intenso debate en la opinión pública sobre los límites de la libertad de expresión y el humor en contextos mediáticos.
La polémica gira en torno a la creciente tensión entre las manifestaciones humorísticas y las sensibilidades religiosas en España. Mientras Quequé y sus defensores argumentan que sus declaraciones se enmarcan en el ámbito satírico y de crítica social, Abogados Cristianos sostiene que se ha cruzado una línea que atenta contra los valores religiosos. Este caso reaviva el debate sobre la censura y el alcance del humor, un tema que ha estado en el centro de discusiones culturales y legales en el país. La decisión del juez de procesar al humorista podría establecer un precedente en la interpretación judicial sobre los límites del humor y su relación con los delitos de odio.
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