El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha recibido el respaldo judicial para vetar a la agencia de noticias Associated Press (AP) de asistir a eventos presidenciales, tras la negativa de esta a referirse al golfo de México con el nuevo nombre de «golfo de América», adoptado por el mandatario. A pesar de que el juez del Distrito de Columbia, Trevor McFadden, denegó la solicitud de AP para poner una pausa al veto, instó a la Administración a reconsiderar su postura, señalando que la exclusión de la agencia podría ser vista como «problemática» y propensa a la «discriminación» de un medio informativo. Este fallo representa un punto más en las tensiones constantes entre el gobierno de Trump y la prensa, especialmente aquellos medios a los que acusa de difundir lo que denomina «noticias falsas».
Por su parte, la Casa Blanca ha defendido la exclusión, afirmando que el acceso a ruedas de prensa o a bordo del Air Force One es un «privilegio», no un derecho para los medios, reforzando su postura en contra de los medios que, según ellos, faltan a la verdad. Mientras tanto, AP ha procedido con una demanda contra tres altos funcionarios de la Administración Trump, incluyendo a la jefa de gabinete Susie Wiles, por considerar que el veto vulnera su libertad de expresión protegida por la Primera Enmienda. La agencia de noticias justifica su decisión de retener el nombre tradicional para el golfo de México, argumentando que el cuerpo de agua mantiene fronteras con México y Cuba, y no debería ser renombrado de manera unilateral por motivos políticos. La situación subraya el delicado equilibrio entre el gobierno y la libertad de prensa en Estados Unidos.
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