En una reciente comparecencia ante la justicia, una mujer decidió que solo respondería a las preguntas formuladas por su abogado defensor, evitando así cualquier interacción directa con el juez y el fiscal. Esta postura inusual en un proceso legal generó expectación, ya que la implicada buscó controlar la narrativa de su declaración ante los medios. De hecho, su estrategia incluyó la distribución de la declaración completa a todos los periodistas interesados, en un intento por influir en la cobertura mediática del caso y asegurarse de que su versión de los hechos fuera compartida ampliamente.
El caso ha captado la atención del público no solo por las implicaciones legales en juego, sino también por la forma en que la acusada maneja su comunicación con los medios. Este enfoque controlado de la comunicación pone en relieve el papel de la estrategia mediática en los procesos judiciales contemporáneos, donde las declaraciones públicas a menudo complementan las presentaciones legales. La no respuesta del juez y el fiscal añade una capa de complejidad al desarrollo del proceso, dejando en el aire múltiples interrogantes acerca del impacto que esta táctica tendrá en el desenlace judicial.
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