Juana Rivas y su hijo Daniel llegaron este martes a las 10:40 horas al punto de encuentro familiar en Granada, donde el menor debía ser entregado a su padre, Francesco Arcurri. Esta decisión sigue a la inadmisión del recurso interpuesto por Rivas ante el Tribunal Constitucional, que buscaba mantener a su hijo en España. A su llegada, madre e hijo se mostraron visiblemente emocionados, rodeados de familiares y amigos que pedían respeto en un ambiente tenso, donde las lágrimas y el sollozo eran evidentes. Daniel, de 11 años, manifestaba el miedo que le provocaba regresar con su padre, expresando temores extremos antes de entrar al centro donde ya esperaba Arcurri.
Francesco Arcurri, presente desde las 9:30 horas, expresó su deseo de abrazar a su hijo, indicando estar «emocionado» tras varios meses sin verlo. Mientras se preparaba el encuentro, su abogado afirmó que la sentencia debía haberse cumplido desde febrero. Arcurri afirmó que la situación judicial representa «una oportunidad para aclarar todo», y planea regresar a Italia con su hijo lo antes posible. En el punto de encuentro, la tensión se palpaba tanto en los gestos como en las palabras de los involucrados, mientras la directora general de Derechos de la Infancia vigilaba el proceso.
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