Las Unidades de Dolor se erigen como pilares fundamentales en el tratamiento de patologías que menguan la calidad de vida de millones de personas. Según el anestesiólogo Juan Martínez, de la Unidad del Dolor de Policlínica Gipuzkoa, la tasa de procedimientos ambulatorios en su centro fue del 98,7% el año pasado, lo que permite a los pacientes regresar a sus hogares el mismo día y, en la mayoría de los casos, retomar sus actividades normales al día siguiente.
Martínez resalta que la patología lumbar es una de las más frecuentes en su clínica. La lumbalgia pura y el dolor irradiado hacia las extremidades son los cuadros más comunes. Esta apreciación es respaldada por datos de la Sociedad Española del Dolor (SED), que revelan que más de 12 millones de personas en nuestro país sufren dolor crónico, con la artrosis y el dolor lumbar siendo las causas predominantes.
Martínez advierte sobre la importancia de no esperar hasta que el dolor sea insoportable para buscar tratamiento en una Unidad del Dolor. Aboga por acudir después de un episodio agudo de 10 a 15 días sin mejora, con el fin de prevenir la cronificación del dolor.
Las Unidades del Dolor han evolucionado, ampliando su rango de tratamientos. Martínez explica que, además de utilizar fármacos, ahora se emplean técnicas de radiofrecuencia para mejorar la eficacia de los bloqueos del dolor. Estos procedimientos han permitido avances significativos, incluyendo el uso de dispositivos como catéteres con balón y pinzas mínimamente invasivas para abordar problemas complejos.
Una característica destacable de estas unidades es la baja necesidad de hospitalización. Martínez subraya que el 98,7% de los procedimientos son ambulatorios. Otro aspecto relevante es la influencia de las condiciones ambientales en las patologías artrósicas, con brotes más frecuentes en periodos fríos y húmedos. Martínez observa que el calor tiende a mejorar estas condiciones.
El estado emocional y el dolor físico están interconectados, señala el anestesiólogo. Estrés y tristeza pueden amplificar la percepción del dolor debido a la liberación de neurotransmisores. La nutrición también juega un papel crucial, con dietas altas en carbohidratos promoviendo inflamación celular.
La Policlínica Gipuzkoa no solo atiende a pacientes con patologías crónicas, sino también a deportistas. Martínez informa que tanto jugadores profesionales como amateurs de diversas disciplinas deportivas reciben tratamiento en su unidad, muchas veces por sobrecargas derivadas de un uso excesivo de articulaciones.
En resumen, las Unidades de Dolor no solo se concentran en el alivio del dolor terminal, sino que han avanzado hacia tratamientos que mejoran sustancialmente la calidad de vida de personas con diversas patologías, sin necesidad de hospitalización prolongada. La prevención, el diagnóstico preciso y el manejo integral, incluyendo el estado emocional y la nutrición, son factores clave en su enfoque.