En Guatemala, la justicia, que debería ser garante de los derechos fundamentales como la libertad de prensa, se ha tornado un instrumento de persecución contra periodistas, mientras personajes condenados por corrupción consiguen su libertad y recuperan bienes robados al Estado. El reciente foco de este hostigamiento es el periodista Juan Luis Font, quien enfrenta una orden de captura y acusaciones de lavado de dinero, que se perciben como una maniobra para silenciarlo. Desde Francia, a donde viajó para visitar a sus hijos, Font describe cómo ha tenido que adoptar una vida nómada desde abril de 2022 debido a una serie de acusaciones que comenzaron en 2021, lideradas por la fiscal general guatemalteca Consuelo Porras, quien controla un aparato judicial criticado por ser un bastión de impunidad. Font, que maneja el medio de comunicación «Con Criterio», ha denunciado activamente la corrupción y el deterioro del sistema judicial en Guatemala, atribuido al «pacto de corruptos», una estructura que asegura su influencia política.
La situación de Font ilustra el escalofrío que se cierne sobre los medios y la justicia en Guatemala, donde el presidente Bernardo Arévalo enfrenta presiones para desmantelar las redes de corrupción. Según Font, un almuerzo con la fiscal Porras reveló sus intenciones de persuadirlo sobre la supuesta corrupción de sus predecesores, lo cual él rechazó públicamente. El caso escaló cuando un antiguo funcionario acusado, Alejandro Sinibaldi, fue alentado a involucrar a Font en una denuncia por recibir fondos ilícitos, una acusación que Font considera absurda e infundada. La estrategia de silenciar a la prensa parece tener motivaciones específicas, como las animosidades personales y profesionales de Sinibaldi hacia Font, quien ha informado de manera crítica sus actividades corruptas. Mientras Guatemala atraviesa este complejo panorama legal, Arévalo aparentemente camina sobre cuerdas tensas, esperando cambios hasta el 2026. Entretanto, Juan Luis Font reafirma su compromiso de seguir denunciando las injusticias desde el exilio y bajo amenaza, defendiendo la esencia de su labor periodística.
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