En la Secundaria Técnica Número 7 de Puerto Morelos, ubicada en el Caribe mexicano, estudiantes y comunidad enfrentan amenazas de cierre y desalojo debido a intereses políticos e inmobiliarios que ven en el terreno un espacio ideal para proyectos turísticos. A lo largo de su historia, este centro educativo ha sido un refugio para jóvenes de escasos recursos y comunidades indígenas, ofreciendo formación técnica relevante para la industria pesquera. Sin embargo, la reducción de presupuesto y la presión de desarrolladores han deteriorado sus instalaciones. Pese a intentos de reubicación y recortes, padres, maestros y alumnos resisten, destacando el valor cultural y social de la escuela en la localidad. Los intentos de construir acceso privado a la playa y desarrollar condominios lujosos han sido frenados por la comunidad, que sigue defendiendo su derecho a la educación y protección ambiental.
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