Durante el día de ayer, Madrid vivió una de las jornadas más calurosas del año con temperaturas que superaron los 41 grados centígrados. Esta ola de calor, que ha afectado a gran parte de la península ibérica, mantiene en alerta a las autoridades, quienes han implementado medidas de emergencia para proteger a la población. La comunidad ha activado protocolos para ofrecer refugios climatizados y ha intensificado las recomendaciones de salud pública, instando a los ciudadanos a mantenerse hidratados y evitar la exposición al sol durante las horas de mayor intensidad.
El calor extremo ha generado un notable aumento en la demanda de servicios médicos por golpes de calor y deshidratación. Asimismo, el uso de electricidad ha subido significativamente debido a la utilización masiva de sistemas de aire acondicionado. Expertos climatológicos han atribuido estas temperaturas récord a los efectos del cambio climático, subrayando la necesidad de adoptar medidas sostenibles a largo plazo. En las zonas rurales, los agricultores enfrentan desafíos adicionales para proteger los cultivos y el ganado, mientras que la ciudad se prepara para soportar más días de altas temperaturas ya pronosticados para la próxima semana.
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