En medio de un panorama desafiante tras el naufragio en las elecciones de 2024, el Partido Acción Nacional (PAN) de México se prepara para renovar su dirigencia en noviembre. La contienda interna se centra en dos figuras: el exdiputado Jorge Romero y la exsenadora Adriana Dávila. A pesar de que Romero es visto por algunos como el favorito, rechaza esta etiqueta y propone, en caso de resultar ganador, una redefinición estratégica del partido, con un énfasis en mayor apertura a la ciudadanía y una reforma estatutaria que limite el salto de dirigentes a candidaturas. Romero destaca la necesidad de un PAN que seleccione sus batallas de manera estratégica, reconociendo también los aciertos del actual gobierno y evitando la confrontación constante.
Romero hace un llamado a unir fuerzas dentro del partido y a reconsiderar alianzas estratégicas, incluyendo una posible pausa en la tradicional colaboración con el PRI, aunque manteniendo coaliciones parlamentarias necesarias para contrarrestar al oficialismo de Morena. La apuesta de Romero se centra también en recuperar credibilidad ampliando bases de apoyo, promoviendo una comunicación efectiva y reforzando la presencia del PAN en las calles. Frente a la hegemonía de Morena, resalta la importancia de un diálogo constructivo y de adoptar posiciones claras que ofrezcan al electorado una alternativa viable y equilibrada, alejando al partido de posturas radicales y divisorias.
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