En la tercera jornada del Masters de Augusta, Jon Rahm ofreció destellos de su viejo esplendor, recordando por momentos al jugador que dominó el mundo del golf. Comenzó con fuerza, marcando tres birdies consecutivos en los primeros hoyos, una hazaña inédita para el golfista vasco en sus participaciones anteriores en este prestigioso torneo. Sin embargo, una inconsistencia en su juego interrumpió el impulso inicial, llevando a un bogey en el hoyo 5 y a un rendimiento más errático en el resto de la ronda. A pesar de un sólido comienzo, Rahm no pudo capitalizar completamente las oportunidades en los hoyos finales y terminó la jornada al par, lejos de los líderes del torneo como Rory McIlroy y Bryson DeChambeau.
Rahm atribuye parte de su rendimiento a un cambio técnico, trabajando en la adaptación de una nueva varilla y ajustando su swing. Desde su traslado a la Liga LIV, Rahm ha encontrado el éxito en el nuevo circuito, destacándose con victorias significativas. Sin embargo, las limitaciones del formato de la Liga saudí, junto con un calendario menos flexible, podrían estar influyendo en su capacidad para competir en los grandes torneos. Rahm reconoce que sus errores en Augusta han sido mentales y se muestra optimista sobre sus ajustes en el juego. Su búsqueda de consistencia y su ambición de recobrar su forma legendaria continúan, mientras sigue adelante en la temporada, intentando reavivar ese «clic» que solía tener en el circuito profesional.
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