Joe Biden, el primer presidente de EE.UU. en unirse a piquetes sindicales, reafirmó su apoyo a Kamala Harris durante el Día del Trabajo, marcando así el inicio no oficial de la recta final de la campaña electoral de noviembre. En Pensilvania, un Estado clave junto a Wisconsin y Míchigan, Biden destacó su respaldo a los sindicatos y prometió seguir promocionando su gestión. Harris, por su parte, enfatizó el papel de los sindicatos en la historia laboral y arremetió contra Donald Trump, ofreciendo una visión de futuro frente a lo que calificó como el retrógrado pasado de su rival. Ambos candidatos buscan mantener el apoyo entre los trabajadores sindicalizados esenciales para asegurar la victoria demócrata.
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