Jens-Frederik Nielsen ha sido investido como primer ministro de Groenlandia en medio de un clima de tensiones internacionales, especialmente con Estados Unidos. Al frente del partido Demokraatit, de corte independentista moderado, Nielsen logró articular un gobierno de coalición con otros tres grupos parlamentarios, acumulando una mayoría total de 23 escaños sobre 31. Este nuevo liderazgo enfrenta el desafío de negociar con Dinamarca para revisar el estatuto de autonomía del territorio, con la intención de establecer una relación de «partes iguales» y promover inversiones que fomenten el desarrollo de Groenlandia. En su discurso, Nielsen subrayó la importancia de la unidad nacional frente a las presiones externas y reafirmó la voluntad de la isla de buscar la independencia en el futuro, sin convertirse en parte de Estados Unidos.
Mientras tanto, Estados Unidos sigue presionando a Groenlandia, considerando que la población del territorio desea separarse de Dinamarca. Esta postura fue enfatizada por el secretario de Estado, Marco Rubio, a pesar de las advertencias de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen. En un entorno geopolítico complejo, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, propuso desviar la atención de la disputa hacia las amenazas más amplias que desafían la estabilidad del Ártico, incluyendo las acciones de China y Rusia en la región. Frente a estas maniobras, el nuevo gobierno groenlandés insiste en fortalecer su relación con Dinamarca, calificándola de «socio más cercano», en un intento por equilibrar las ambiciones de independencia con la preservación de alianzas estratégicas.
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