El presidente argentino Javier Milei ha instado a los empresarios a invertir en el país, destacando la oportunidad única que ofrece su administración y subrayando la importancia del sector privado en el crecimiento económico. Durante el 60º coloquio de IDEA en Mar del Plata, Milei adoptó un tono más moderado que de costumbre, asegurando haber evitado una inflación del 17.000% y calificando como un logro la reducción de 50.000 empleados públicos y la suspensión de obras públicas. Su discurso enfatizó que aquellos que generan riqueza son vistos como héroes, no villanos, y cerró con una llamada a la acción: «Viva la libertad, carajo», motivando a los empresarios a ser proactivos en su contribución al crecimiento económico argentino.
Sin embargo, a pesar de la aparente receptividad de los asistentes, persistieron preocupaciones sobre los efectos del severo ajuste fiscal en la producción y el consumo interno. Los empresarios pidieron una reducción de la carga impositiva y un marco regulatorio más claro, pero el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, dejó en claro que no se consideraría una disminución de impuestos mientras el gasto público permaneciera constante. La iniciativa de Milei de lograr un equilibrio fiscal, que incluyó el despido de numerosos empleados estatales, fue recibida con escepticismo sobre su sostenibilidad a largo plazo. Tras casi un año de gestión, la relación entre Milei y el sector privado se muestra como una dinámica de mutua necesidad, aunque no exenta de tensiones y desafíos.
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