El Partido Liberal Democrático (PLD) del primer ministro japonés Shigeru Ishiba, junto con su socio de coalición, el partido budista Komeito, han registrado una significativa pérdida política tras no conseguir mantener su mayoría en el Senado. Esta derrota se produce tras una pérdida previa en el Parlamento, lo que plantea nuevos retos para el liderazgo de Ishiba y la estabilidad de su gobierno. La oposición ha logrado capitalizar el descontento popular, derivado de las críticas hacia las políticas económicas y de bienestar social implementadas por el ejecutivo en los últimos años.
Las recientes elecciones reflejan un cambio en el panorama político japonés, donde las demandas por reformas y un enfoque más inclusivo han ganado terreno. Observadores políticos destacan que la pérdida de la mayoría representa un golpe duro para Ishiba, limitado ahora en la implementación de su agenda legislativa. El resultado también resalta un fortalecimiento de las fuerzas opositoras, que ahora tienen más poder para influir en las decisiones legislativas cruciales para el futuro del país.
Leer noticia completa en El Mundo.