Japón continúa con su plan de reactivar la central nuclear más grande del mundo, Kashiwazaki-Kariwa, con el respaldo del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Tras una visita a la planta, el director general de la OIEA, Rafael Grossi, apoyó la decisión de Japón de reiniciar lo antes posible la central, que lleva inoperativa desde el desastre de Fukushima en 2011. Grossi destacó que reactivar esta instalación es un «hito importante» para Japón en su camino hacia una mayor adopción de la energía nuclear. La planta, con una capacidad de más de 8.000 megavatios, comenzará la carga de combustible en abril de 2024 tras la aprobación del regulador atómico japonés, que ha valorado las mejoras de seguridad implementadas.
La reactivación de Kashiwazaki-Kariwa es vista como parte de un esfuerzo más amplio de Japón para equilibrar su apuesta por la energía nuclear con el aumento de las energías renovables. En la misma semana de la visita de Grossi, Japón aprobó un nuevo plan energético que apunta a que las renovables se conviertan en su principal fuente de energía para 2040. Tras el accidente de Fukushima, Japón se enfrentó a una complicada situación que incluyó la retirada de 13 millones de metros cúbicos de tierra contaminada. El país ahora planea reciclar el 75% de este suelo para proyectos de ingeniería civil. Grossi elogió la colaboración de Japón con el OIEA y subrayó la importancia de estas acciones para la recuperación y futura estrategia energética de la nación asiática.
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